lunes, 14 de diciembre de 2009

LA CONTAMINACIÓN DE COPENHAGE

La Conferencia Internacional sobre el Clima que se celebrará en Copenhague desde el siete de diciembre del 2009 está lejos de ser la solución para disminuir el calentamiento global producido por las Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (EGEI) de las superpotencias. Los líderes de los dos países más contaminantes del mundo, China y Estados Unidos, no concretaron compromisos trascendentes que puedan poner fin a la agonía del planeta tierra.


Antes de Copenhague se celebraron varias reuniones previas dónde el tema principal siempre fue la reducción de los gases contaminantes para detener los abruptos cambios climáticos que están provocando catástrofes naturales y la extinción de miles de especies vegetales y animales.

Las expectativas de los encuentros mundiales no habían sido muy alentadoras, pero definitivamente lo que hizo perder por completo la esperanza de un compromiso con repercusiones legales fue el desinterés manifestado desde Singapur, tras la cumbre de Kioto, de Obama y Hu Jintao. Los líderes de las dos naciones más contaminantes del planeta han evadido su responsabilidad diciendo que no hay tiempo, pero en realidad lo que falta es un equilibrio entre los beneficios económicos particulares de los países desarrollados y los beneficios ecológicos generales del planeta. "Cada vez escuchamos más voces que dicen que el tiempo se ha acabado, incluyendo a algunos de nuestros líderes, que creen que la negociación debería retomarse el año que viene", afirmó al diario El País, el jefe de la Comisión Europea Artur Runge-Metzger.

Los ecologistas tienen razón al coincidir que si el clima fuera un banco ya estaría salvado. Pero, para desgracia de todos no es un banco y esperar más tiempo significaría enfrentar cambios climáticos letales e irreversibles. En cambio, la crisis económica que ha frenado el compromiso para salvar el planeta tierra si puede esperar porque hay muchas estrategias para estabilizar las finanzas. Estabilizar el clima depende de una única estrategia: la prevención y colaboración de todos los países en la medida que sea necesaria. “No podemos aceptar la destrucción total del planeta como opción. ¿Cuánto han puesto los países ricos contra la crisis financiera? En un par de meses, 1,1 billones, y ahora dicen que no hay tiempo”. Afirmo en una rueda de prensa el sudanés Lumumba Stanislaus, presidente del G77 (grupo de 130 países en vías de desarrollo).

Después de que el Senado de Estados Unidos desaprobó la ley de recorte de emisiones, Obama acudirá a Copenhague sin compromisos cuantitativos de reducción de las Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (EGEI), ni propuestas de estrategias y financiación, condicionando el compromiso de otros países potencialmente emisores de CO2 como China y la India. En un comunicado conjunto, los dos países reiteraron (China y EEUU) que un acuerdo en Copenhague deberá estar "basado en el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas", implicando "metas de reducción de emisiones por parte de los países desarrollados y acciones nacionales apropiadas de atenuación por parte de los países en desarrollo".

En respuesta a este comunicado el primer ministro de Dinamarca, Lars Loekke Rasmussen ha exigido a EEUU que presente compromisos específicos durante la Conferencia de Cambio Climático que se llevará a cabo entre el 7 y el 18 de diciembre para disminuir las EGEI y proveer fondos a los países subdesarrollados para luchar contra los efectos del calentamiento global. Rasmussen, también quiere que haya promesas de financiación a largo plazo, que probablemente superen los 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020. ''Necesitamos números en la mesa de Copenhague'', añadió el ministro durante una reunión a puerta cerrada de negociadores que el martes acabaron una reunión de consulta de dos días.

El objetivo final de la cumbre en la capital danesa era la reducción mundial de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en, al menos, el 50 por ciento en 2050 con respecto a 1990. Cesar Dopazo, miembro del grupo Asesor sobre Energía y Cambio Climático del presidente de la Unión Europea y de la Real Academia de Ingeniería explica que hasta la era preindustrial, la concentración promedio de CO2 en la atmósfera era de 280 ppm (partes por millón). En los últimos 25 años ha aumentado hasta 380 ppm. Con emisiones anuales de 35.000 millones de toneladas de CO2, se alcanzarían en 2100 alrededor de 550 ppm, que inducirían daños incontrolables.

La temperatura de la tierra aumentara en un futuro por el CO2, ya que es un gas que produce un efecto invernadero que calienta la atmosfera de la tierra provocando las alteraciones climáticas. Según, estudios científicos el incremento "permisible" de temperatura se fija en 2 grados centígrados, lo cual produciría riesgos irreversibles y potencialmente catastróficos.

En 1997 se alcanzó el acuerdo conocido como Protocolo de Kioto (PK) sobre cambio climático, promovido por la ONU. Los países desarrollados signatarios se comprometieron a disminuir globalmente las EGEI en 2012 alrededor del 5% con relación a 1990. Estados Unidos firmó inicialmente el acuerdo, nunca lo ratificó y, en 2001, la Administración de Bush se retiró. La Unión Europea ha jugado un papel activo en su desarrollo, con comportamientos desiguales de diferentes países. Las economías emergentes no adquirieron obligaciones. En la reunión de seguimiento de Bali (2007) se decidió consensuar a final de 2009 en Copenhague un nuevo acuerdo. Obama ha modificado la visión de su antecesor sobre cambio climático. Considera vital la legislación de control del clima, que, a su vez, aliviaría la dependencia de EE UU del petróleo importado. Según, Dopazo de ser aprobada la propuesta legislativa de Obama se reducirían las EGEI del 17% en 2020 y el 83% en 2050 con respecto al año 2005.

China actualmente es el mayor productor de CO2 en el mundo, le sigue EEUU y la India. Por eso, un dialogo con los gobiernos Chino e Indio sería ineludible. Según, el Grupo Asesor sobre Energía y Cambio Climático del presidente Barroso, ambos países excluyen reducciones programadas de emisiones que impliquen contracción económica y proponen procesos equitativos de convergencia con países industrializados, basados en no sobrepasar las EGEI per cápita de los mismos y en aceptar éstos su responsabilidad histórica, ayudando en acciones de mitigación y adaptación.

¿Cuánto tiempo pasará para que los líderes se pongan de acuerdo y paguen la deuda climática que tienen con la tierra? Tal vez, cuando lo hagan los daños ya serán irreversibles y miles de especies como la tortuga laúd ya estarán extinguidas para siempre. Mientras tanto, otros más realistas y afortunados que saben que la agonía de la tierra terminará pronto ya tienen un pedazo de tierra apartado en otras galaxias libres de contaminación y altas temperaturas.