lunes, 2 de marzo de 2009

El doble filo de la dosis personal

Hasta la fecha y luego de casi un siglo de lucha estatal represiva contra el uso ilegal de algunas sustancias, estados como el colombiano por ejemplo, siguen insistiendo en implementar una política errónea que criminalice el uso y demás actividades relacionadas con el consumo de sustancias como la marihuana.
El proyecto de ley que el presidente Uribe pretende aprobar el 16 de marzo del año en curso para eliminar la dosis mínima, demuestra la forma equivoca en que el gobierno sigue tratando el problema de las drogas en nuestro país. Pese, a que son muchas las personalidades que han reconocido el fracaso de estas políticas represivas, el gobierno sigue tercamente empecinado en lograr a toda costa el objetivo que Uribe desde su primer mandato se propuso: penalizar el consumo de la dosis personal.

Proyectos como el anterior demuestran que en pleno siglo XXI seguimos adentrados en una sociedad férreamente conservadora que tiene arraigadas muchas costumbres católicas de antaño. Más allá de lo que pueda implicar la influencia de las creencias religiosas y morales en este tipo de debates sobre la legalización o no de las droga. Es necesario reflexionar sobre la funcionalidad y las implicaciones del proyecto de ley que posiblemente y para desgracia de muchos se puede hacer realidad en caso de que el congreso la llegase a aprobar.

Digo para desgracia de muchos, por qué al parecer los tribunales que se podrían implementar a raíz del proyecto de ley mencionado, no tendrían distinción alguna entre un adicto, un vendedor de las mismas o una persona común y corriente que porte una dosis personal. De hecho, este último así no sea dependiente de sustancias psicoactivas blandas o duras, será tratado como enfermo, desadaptado y hasta criminal. Por ende, deberá pagar una sanción, podrá ser privado temporalmente de su libertad y además tendrá una asesoría psicológica y porqué no hasta psiquiátrica.

Hasta dónde podría llegar la represión individual en caso de que se apruebe esta ley de doble filo, que por un lado se exhibe como una supuesta garante para iniciar una normatividad con respecto a políticas de salud pública, pero por otro podría terminar siendo una trampa para arrebatar los pocos derechos y libertades que nos garantiza la constitución. ¡No nos dejemos confundir!

3 comentarios:

Alisson Salazar dijo...

Mas allá de la misma legalizacion o no, mas allá del hecho de que pueda consumir o no, yo creo que habria que tener en cuenta la situación y lo que implica el tráfico mismo de la droga, cómo es que llega anuestras ciudadades, como se esparse por nuestras calles.

Para muchos la medida podria ser drástica, y hasta sí, ser muestra de la represión. Que pasa con quienes solo queremos un porrito diario y hasta semanal? y que, por lo demás tenemos plena seguridad de no hacer daño a nadie?, Bueno pues en ese caso diria esta bastante mal. Pero si se tratara de sustancias como la cocaina , la heroina, y toda la gama de drogas producidas químicamente estaría en cierta parte de acuerdo con su prohibicion porque además sé que ese tipo de sustancias esta matando mi país y esta matando gente con la que convivo a diario. Así que efectivamente , es un arma de doble filo, no porque en un lado se exija la libertad de derechos, si no la vida de alguien.

En cuanto a las intenciones del Estado, evidentemente tendría que haber un juicio de tipo económico, como que, por ejemplo, los dineros de la droga, son dineros que el estado deja de recibir. No hay impuestos, no hay nada. Y todo un mundillo se mueve tras su zanja evitando permitirle al estado erstablecer control.

Personalmente hago siempre una distinción entre las drogas de tipo natural y sintéticas que tienen que ver con concepciones más íntimas. Y creo que de eso, y de muchas otras decisiones personales de cada quien, dependeria el apoyar o no la dosis personal. Yo a apoyaria, pero bajo una serie de condicionamientos.

Anónimo dijo...

Alisson: ud tiene razóon en unas cosas, pero en otras discrepo. En realidad estoy de acuerdo con lo que plantea Ana Maria en su columna ...es un arma de doble filo porque lo que busca ese proyecto de ley es uniformar a todo el mundo y lo más grave de todo pretender hacer ver al adicto o al que carga un cachito de marihuana exporadicamente como criminales y desadaptados.Nada raro que luego al igual que los intelectuales seamos señalados como terroristas por consumir una dosis minima que no le hace daño a nadie. Ahora el doble filo esta porque quieren coartar nuestra libertad haciendo pasar esa ley como un proyecto que incluye políticas de seguridad...pero eso no se ve por ninún lado.
por otro lado, pienso que para esas personas que ud dice señora Alisson que se estan muriendo por drogas sinteticas deberian tener el apoyo del estado deberian tener un cubrimiento de salud especializado para poder superar esa adiccion. ¿NO LE PARECE? O ¿acaso cree que la solucion esta en penalizarlos y tratarlos como criminales.. acaso la carcel o la privacion temporal de la libertad hace superar a un drogadicto su dependencia..? evidentemente se necesita algo más.. politicas verdaderas de salud publica

Alisson Salazar dijo...

No creo que la solucion se el encarcelamiento o la penalizacion. En definitva el que es adicto es adicto, y una medida como esas no lo cambiara en nada. Por eso como dije, en la una cuestion que estaria de acuerdo con esta determinacion del Estado, es que en cierta m,edida EVITARIA que otras personas cayeran o se incluyeran dentro de la red de la droga. Es en lo unico que estaria de acuerdo. El resto creo que es claro.