miércoles, 18 de febrero de 2009

Una peluquería ¡de pelos!






Si en Colombia se premiaran los negocios más originales, *“La Peluquería” ya hubiera ganado ese reconocimiento.

Hace cinco meses Melissa Paérez y Maritza Álvarez crearon en el sector de la Candelaria de la ciudad de Bogotá la extraña peluquería. Cualquiera que entre por primera vez a la inmensa casona seguramente pensaría que como en las propagandas de Davivienda se encuentra en el lugar equivocado. Es posible que antes de ver las dos sillas especiales de peluquería y el lavadero para juagar el pelo usted primero piense que está en un bar bohemio, una galería artística o en un mercado de pulgas.

A diferencia de cualquier salón de belleza de esos que invaden casi todas las esquinas de los barrios de Bogotá “La Peluquería” no está llena de espejos largos y de imágenes de mujeres que exhiben melenas y colores de cabello perfectos. El sitio está adornado, entre otras cosas, con maniquíes a medio vestir junto con una galería de fotografías artísticas de hombres comunes y corrientes retratados por Jame Toye.

A cambio de ofrecer para sus excéntricos clientes las últimas ediciones de revistas como Aló o Tv Novelas, en “La peluquería” abundan todo tipo de flayers que invitan a exposiciones de arte y toques de bandas underground, también hay periódicos de poca circulación que solo ellas parecerían conocer. Uno de ellos es La Calle, un folletín en blanco y negro donde se encuentran vivencias, caricaturas e historias contadas desde los habitantes de la calle.

En esta peluquería no se madruga desde las 6:00 a.m. para realizar más cepillados o blowers. Tampoco se abre los domingos, lunes y martes. No porque a ellas no les guste levantarse temprano o sean perezosas, sino porque cada una tiene otras actividades que ocupan su tiempo en la mañana. Melisa, por ejemplo, quien actualmente tiene 26 años, estudió publicidad y debe asistir a su trabajo ubicado en el centro. Melisa, dos años menor que su compañera de trabajo y de vida, cómo aún no termina su carrera de artes plásticas asiste a la universidad de los Andes en las primeras horas del día.

Si bien Maritza, más conocida como Mary y Melisa a quien de cariño sus amigos le dicen Mely abren al medio día o más tarde, lujo que no se puede dar ninguna peluquería que viva de ese negocio. Algunos viernes y sábados cierran a veces hasta las dos o tres de la madrugada. Generalmente porque sus clientes van a cortarse el cabello en compañía de amigos y de paso deciden tomar algo de lo que ellas denominan en su carta de servicios las “Grandes ligas”: whisky Sello Rojo, Vodka absolut, Tequila José Cuervo o Ron Viejo de Caldas.

En otras ocasiones, cada 15 días aproximadamente, se llevan a cabo convocatorias artísticas y musicales que tienen funcionamiento hasta el amanecer. A mediados de septiembre, por ejemplo, Mely y Mary organizaron un Festival de Medio Pelo. No sólo se expusieron los trabajos chambones relacionados con el arte que los clientes voluntariamente quisieron llevar, sino que también se presentaron grupos colombianos que las organizadoras consideraron de medio pelo. Para no desentonar con la temática del festival, ese día las dos estilistas que aprendieron todo lo referente al cabello en Londres, sólo realizaron en su mayoría cortes de medio pelo, es decir, de la mitad para arriba o de la mitad hacia abajo, o la mitad de la derecha o la izquierda.

Si usted ingresa a “La Peluquería” con ganas de hacerse un manicure, pedicure, una depilación o una limpieza facial de nuevo se sentirá en el lugar equivocado, pues en ese sitio no hay estos servicios. A cambio le ofrecen una lista de cortes y peinados que le harían pensar seriamente que usted está siendo tomado del pelo.
En la misma carta de precios de bebidas como la de las “Grandes Ligas” ofrecidas en el pequeño bar esquinero de la inmensa casa remodelada, aparece la lista de los cortes, peinados y tintes ofrecidos por las dos únicas estilistas-bar tenders-artistas del lugar.

Los cortes, Mary y Meli, los denominan motiladas. Para cabellos largos cobran $25.000, medios y cortos $15.000 y lo que ellas denominan retoques $10.000. Un retoque en una peluquería común y corriente vendría siendo una despuntada. Tanto retoques, cortes y tinturas sean de tipo: “guillotina” (corte discreto para dejar el cabello parejo), “desvirgada” (tintura de cabello virgen), “ñaña” (dejar una porción del cabello más largo que el resto) o “plumas de 25%” (tintura de dos mechones del cabello) incluyen una “planchada”, es decir un alisado.

Y aunque predomina la clientela femenina, algunos hombres también se atreven a dejar su pelo y su barba a manos de Meli o de Mary para cambiar su look. Barbas al mismo estilo de “Hitler” o a lo “Mexican” son uno de los servicios que se ofrecen en este lugar.

Tal vez, la diferencia más significativa que distingue a “La peluquería” de cualquier otro salón de belleza, es que es un sitio alternativo donde puede crecer la creatividad y el pelo al mismo tiempo.

*La peluquería está ubicada en la carrera 3 No 15ª-47.
Ana María Cubillos Sarmiento.

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